dilluns, 2 de desembre del 2019

Una pelicula de Dios, Nuria Güell

Apátrida por voluntad propia fue el foco emisor que hizo que a mi empezase a interesarme ya no en si tanto la obra como si la forma de trabajar Nuria Güell, y es que recuerdo el que me pusieran ese vídeo en clase y enfriarme por completo y ya no se si fue mas el formato oficial que tiene la lectura con esa cámara inmóvil o el inmediatamente cuestionarte lo que cordialmente reclama y como esto fue presentado de forma real. Después de yo darle un par de vueltas a los términos de nacionalidad, identidad y frontera, le quise enseñar este vídeo a mis amigos, la mayoría emigrantes pues el tema de la nacionalidad y la necesidad de esta para obtener un derecho al voto cuando llevas años residiendo en  un mismo país es un tema candente por su injusticia.

Como comentaba, a partir de aquí fue cuando a mi me empezó remover Nuria Güell, porque me encanta que trabaje desde la situación y desde el conflicto, desde una crisis y una preocupación ya no tanto personal sino como ciudadana, y es que hace un arte que es político y que resalta la importancia del habla.
Es por eso que Una película de Dios me pareció impresionante y desgarradora y considero que lo ha llevado a un punto mas allá y se vincula mucho mas pues su obra coge una temática de terapia porque en ella las chicas, cuyas han sufrido abusos sexuales, no hablan de una hipótesis de historia que pueda representar la obra sino que se meten dentro y se reflejan en ella y se nota su nerviosismo y su dolor al narrarlo y eso es lo que la hace profundamente desgarradora e interesante. Por otro lado realiza dos comparativas, una social dentro de lo moral y la perspectiva y otra historia y colonización; la primera compara la interpretación de las obras hecha por las chicas con la interpretación mas suave y menos personal de unos hermanos ex-proxenetas y la segunda mediante el uso de cuadros de origen católico en época de colonización, confronta la educación católica con los abusos sexuales, el rol de la mujer en la sociedad, subordinada al hombre y el concepto de familia patriarcal vinculados a la cultura religiosa.

Noelia Caballero

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