dilluns, 13 de gener del 2020
MIREIA SALLARÉS
Muertes Chiquitas
Laia Caballero Cano
Mireia Sallarés, de 47 años, tuvo su primer orgasmo a los 27. Esto nos conduce a preguntarnos, ¿por
qué una mujer que una vez ha vivido su primera menstruación y ya es -culturalmente- apta para follar, no alcanza el orgasmo hasta los 27 años? La artista es licenciada en Bellas Artes y Film & Video Arts de Nueva York, por la Universitat de Barcelona y el New School University respectivamente; ahora es realizadora audiovisual en un tramo cíclico entre Barcelona, México DF y más ciudades. Tras tal recorrido -y tras tal tardía muerte chiquita-, a Sallarés se le originan varias cuestiones alrededor del orgasmo. Medical News Today lo describe como la cúspide de la excitación sexual. Es un sentimiento y sensación poderosa de placer físico que incluye una descarga de tensión erótica acumulada ; una(1) sensación poderosa: ¿por qué las mujeres están privadas de tal poder?
Muertes chiquitas (2006-2016) es un viaje por el territorio mexicano con un último fin: ¿qué es un
orgasmo para una mujer -mexicana-? Dar la voz al subalterno. ¿Pueden hablar los subalternos? La
(2) artista no se lo cuestiona, pasa a la acción. Entre rostro y testimonio, recorre durante diez años tal
territorio y realiza un video documental de 286 minutos, 26 fotografías, un libro, audio relatos y dos obras de papel picado. ¿Las protagonistas? Las mujeres. ¿El poder? De ellas. ¿Y qué es el poder? En la cultura, la capacidad -y posibilidad- de habla. Y eso mismo es. Toda una recopilación de testimonios a casi 30 mujeres de diferente edad, estrato social y creencia religiosa bajo una misma pregunta, ¿qué es un orgasmo?
Tal largometraje no sólo proyecta objetivamente qué supone una muerte chiquita; cataliza discursos
sobre el feminicidio, la prostitución, la transexualidad, la liberación de la mujer, la enfermedad... Es la vinculación del placer -y por ende, del poder- con diferentes debates socio-políticos recurrentes en el ámbito postmoderno. Es el compromiso ético del arte con la realidad socio-política del contexto. Muertes chiquitas es la recuperación -necesaria- del binomio ética-estética; la invitación a pie de calle de debates escondidos tras una traspuerta -al fondo a la derecha- y la purga del legado moderno.
Mireia Sallarés nos ofrece una liberación del discurso de la mujer mexicana hablado por la propia mujer mexicana, sin representaciones ni reinterpretaciones de intelectuales. Ellas mismas son las que nos dicen -y gritan- el qué, el cómo y el cuando.
1 Via Medical News Today: https://www.medicalnewstoday.com/articles/326555.php (12/01/2020)
2 Spivak, ¿Pueden hablar los subalternos? 2009
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